La lucha por los derechos de las personas LGBTIQ no está exenta de actitudes patriarcales, techos de cristal y sesgos, que tienen un efecto en la forma en que nos relacionamos como parte de la comunidad LGBTIQ.
El VOCES de agosto lo dedicamos al tema de «MACHISMO: Sesgos y prejuicios en la comunidad LGBTIQ», buscando generar una conversación sobre cómo se manifiesta el machismo dentro de nuestras comunidades, familias y dentro de nosotros mismos.
La conversación fué dirigida por Lucía Rosales (Gatía Cerota) y participaron Monica Chub Caal, Juan Melgar y Rubén Lopez.

Cómo se construye lo “masculino”
Lucía Rosales inició la conversación reflexionando sobre la interseccionalidad del machismo. «No por ser gay o por ser amigo, una persona está exenta de machismo» explica, reflexionando cómo las relaciones de poder entre hombres y mujeres persisten dentro de los grupos de personas LGBTIQ. Juan Melgar comentó que más allá del odio a la mujer, y estas relaciones de poder, también existe un rechazo generalizado a lo considerado femenino, incluso en los cuerpos masculinos.
Este análisis se integró a los comentarios del público, quienes enfatizaron que existen prejuicios sobre la expresión de género de los hombres gays y prejuicios que limitan la libertad con la que todos y todas se pueden expresar más allá de su identidad de género o orientación sexual.
Rubén López resaltó cómo desde la infancia las nociones de género y las estructuras desde las que se limitan cómo se debe comportar una mujer y un hombre fueron muy limitantes. Y Mónica Chub Caal identificó que estas estructuras se van formando desde muy temprana edad, y que son las familias desde donde se van forjando estas ideas de lo que es masculino y femenino, y la supuesta superioridad de una ante la otra.

«En mi comunidad no pueden verme en la calle porque me tratan como hombre o como ‘disfrazada’, y solo es una forma de vivir el machismo. Es una experiencia social que además se apoya en el racismo», recalcó Monica.
Sistemas de opresión
Monica Chub señaló que además del machismo, también enfrenta racismo dentro y fuera de su comunidad, reflexionando que ambos sistemas funcionan de la mano para mantener a las comunidades oprimidas.
Juan Melgar describió al machismo como un sistema colonial que, al igual que el racismo, sirve para sostener las relaciones de poder. Haciendo un llamado a la autoreflexión dentro de la comunidad explicó que «las personas LGBTIQ nos seguimos relacionando con estos modelos heterosexuales, solo cogemos diferente».

Cómo superar el machismo
¿Cómo dejamos atrás el machismo? ¿Cómo creamos comunidades que trascienden estos sistemas de opresión? Desde el panel se enfatizó la importancia de la resistencia. Juan Melgar compartió que exponer a las personas dentro de nuestros propios círculos es una buena forma de iniciar, Lucía Rosales cree importante confrontar en el momento en que una persona hace un comentario machista, sin importar si se genera una situación incómoda.
El generar espacios de conversación dentro de nuestros círculos, en los que cuestionamos de dónde viene un comentario machista, desde dónde se sustenta y por qué lo consideramos normal es uno de los primeros pasos para poder generar comunidades menos machistas. Debemos dejar atrás el “loca” como un insulto, trascender los espacios que limitan nuestra expresión y empezar a construir comunidades desde la igualdad, el respeto y la representación.
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