LA LIBERTAD DE SER COMO SOMOS

Hablando de sexualidad: Qué ideas y mitos nos atraviesan cuando ponemos nuestras pieles en contacto

La segunda edición de la serie Pieles fue sobre sexo.
Una de las ideas fundamentales del espacio, coorganizado por Visibles y el Centro de Cultura de España (CCE), es precisamente romper con la culpa o la pena, y empezar a hablar con confianza y sinceridad sobre estos temas. En esta edición contamos con la participación de Lucía Canjura y Bernardo «Lilo» Euler, y con Elizabeth Ugalde como moderadora. Pueden consultar parte de la conversación en redes en el hashtag #PielesenContacto

De la culpa a la exploración

El sexo no se explica con facilidad. Además de que ahora existe un amplio rango de orientaciones, preferencias y gustos en el sexo, es un tema que a menudo se siente en nuestra piel. No es tanto un tema que se aborde de forma racional, pero un punto de partida para tener esta charla es reconocer cómo uno se siente sobre su propia piel y su propio cuerpo, y partir de la exploración para identificar qué nos hace sentir mejor.
En esto, la masturbación es quizá el punto de partida. «La masturbación es una forma de quererse a través del placer. Una forma de reconocer lo que te gusta para también darlo a otros», comentó Lucía. Y en efecto la exploración se produce tanto con uno mismo como con otras personas, y es importante abrirse a la experiencia.

L, G, B, Pan, Demi

Cada vez es más común referirse a una diversidad de orientaciones sexuales [el espectro va desde la asexualidad hasta la pansexualidad], y de orientaciones románticas, pero esta proliferación no ha llegado a ser comprendida del todo. Esto en parte es porque algunas de estas reivindicaciones identitarias aún no se expresan de forma tan visible como otras, pero los panelistas comentaron que uno de los avances más importantes de los últimos años es precisamente aceptar que existe un rango muy amplio en la sexualidad humana.
La clave, comentó Lilo, es que las etiquetas que las definen no se conviertan en cajitas de fuerza, y que nos limiten nuestro propio impulso por experimentar y desarrollar relaciones con otros.

Las etiquetas deben entenderse como identidades reivindicativas, pero el truco es cuidar que no se vuelvan cajitas de fuerza que imponemos sobre nuestra sexualidad y comportamiento.

¿Dónde está el límite para la experimentación y el autoconocimiento en aspectos de nuestra sexualidad?

En este nuevo mundo de sexualidad positiva, cabe preguntarse acerca de los límites y barreras, y para ello «una primera regla es el consenso. siempre hay que hacerlo desde lo que estemos cómodos permitiéndonos», explicó Lucía, y Lilo añadió que «entenderse empieza por permitirse la curiosidad y encontrar las herramientas para ello».
De esta conversación, surgió un abordaje acerca de aquellas reglas invisibles – paradigmas – que norman quiénes y cómo se puede tener sexo: los hombres y las mujeres, los jóvenes y las personas de mayor edad. Ante esto Lucía se pregunta «Quién definió que eso era así en vez de respetar la autonomía de cada quien en llevar su sexualidad?».
Las relaciones sexuales también reflejan las relaciones de poder, tanto en el juego de los roles, como la negociación sobre usar condón, y todas esas cosas se llenan al cuarto, explicó Lilo: «Hay imaginarios de poder que también se reproducen en la cama. Al final las relaciones de poder son producto del patriarcado»
El sexo no es sólo placer físico, sino un punto donde se encuentran también otros elementos de nuestra personalidad y la sociedad, como la exclusión y la desigualdad. Uno de los casos más obvios, destacó Lucía, es que «no hay condones femeninos. No hay recursos particulares para las mujeres. Eso es parte de una subordinación y quien está subordinado no tiene tanto poder de negociación».

 

¿Quién se encarga de hablar de sexo?

Parte de la dinámica de abordar el sexo en un conversatorio es abrir una conversación sobre el placer, pero también sobre los riesgos, repercusiones, cuidados y rutinas propias de nuestra sexualidad. Esto es lo que normalmente se resume como educación sexual y que busca compartir información que borra mitos y desconocimiento que pone en riesgo a las mismas personas.
Ante esto, algunos miembros de la audiencia reaccionaron comentando que desde el Estado no hay voluntad de cumplir acuerdos internacionales, desde hace 30 años, sobre educación sexual en el currículo nacional base. Y que aunque la obligación de brindar educación sexual integral en las instituciones del Estado está contenida en la Agenda de Desarrollo Sostenible, el Consenso de Montevideo y el plan nacional de desarrollo Katún 2032, aún es necesario exigir su cumplimiento.
Dicho esto, también los padres tienen una responsabilidad en que los hijos puedan navegar estos temas con conocimiento y confianza, y perder el temor a discutirlos es parte del cambio que se requiere para asegurar una vida sexual más segura y más placentera.
 

Elizabeth Ugalde modera el foro Pieles: En Contacto.

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