En Guatemala, las redes de apoyo juegan un papel clave en el bienestar emocional y físico de las personas LGBTIQA+. En febrero, mes del amor, es importante recordar que este sentimiento va más allá de las relaciones de pareja: también se construye en la comunidad, en la solidaridad y en el cuidado mutuo. Para muchas disidencias, estas redes se convierten en un refugio frente a la discriminación y la violencia aún presentes en el país.
En 2024, el Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGBTIQ+, de Asociación Lambda, contabilizó 31 muertes violentas de personas LGBTIQA+, presuntamente relacionadas a prejuicios. Además, en los últimos años han aumentado los intentos de aprobar leyes que atentan contra los derechos de las disidencias sexuales y de género.
Un ejemplo reciente fueron las iniciativas 6473, Ley para la Conservación Integral de la Sociedad, y la iniciativa 6475, Reformas al Código Penal Indemnidad Sexual, que buscaban limitar la libertad de expresión sobre diversidad sexual y educación integral en sexualidad.
A esto se suma la discriminación dentro de las propias familias. En Guatemala, las narrativas conservadoras representan una amenaza para el reconocimiento de los derechos LGBTIQA+. Según el estudio Latinobarómetro 2023, el país se mantiene entre los más apegados a tradiciones sobre familia, género y roles sociales en Latinoamérica.
La investigación Violencias contra la población LGBTIQ+ de Visibles señala que el rechazo de familiares y seres queridos es “una de las microagresiones más dolorosas”.
Alejandro Villafuerte, psicólogo clínico, con experiencia en temas de diversidad sexual, explica que las personas LGBTIQ+ suelen ser rechazadas en su núcleo familiar y pueden experimentar síntomas de depresión, ansiedad, irritabilidad y altos niveles de enojo. “El apoyo incondicional de la familia es fundamental, y cuando este no existe, las personas pueden entrar en estados de estrés postraumático al sentirse desamparadas”, añade.
Cómo las redes de apoyo ayudan a enfrentar la discriminación
En este contexto, contar con una red de apoyo sólida puede marcar la diferencia. Alejandro destaca que, en una sociedad donde la norma es el rechazo, estas redes pueden ser un salvavidas.
Las personas que eligen brindar amor sin estar unidas por lazos sanguíneos, o mejor conocidas como “familia elegida”, pueden ser un acompañamiento crucial en momentos difíciles. Alejandro explica que quienes cuentan con estas redes de apoyo son capaces de desarrollar mejores interacciones en sociedad y manejar de mejor forma las emociones. Esto es clave en un contexto guatemalteco que puede ser “altamente traumatizante por el simple hecho de existir”.
«Las redes de apoyo generan un entorno donde las personas pueden actuar de forma más transparente, sabiendo que cuentan con un respaldo. Este soporte refuerza su valentía interna y su capacidad de enfrentar la discriminación con mayor resiliencia», explica el psicólogo.
Identificar redes de apoyo saludables
Sin embargo, no todas las redes de apoyo son positivas. Existen señales de alerta que pueden indicar que un espacio no es seguro, como la invalidación de experiencias, el aislamiento como castigo por no compartir ciertos ideales o la promoción de conductas autodestructivas.Para quienes buscan construir o fortalecer una red de apoyo segura, el especialista recomienda que es importante rodearse de personas que compartan intereses y valores similares. También se debe avanzar con cautela y no exponerse demasiado rápido, pues no siempre se conocen las intenciones de los demás. Acercarse a grupos establecidos, como Visibles, puede ser una opción segura. Finalmente, empezar con espacios digitales puede ayudar a evaluar el entorno antes de comprometerse en interacciones presenciales».
