Por María Jossé España
Cada 26 de abril se conmemora el Día de la Visibilidad Lésbica, una iniciativa que nace en 2008 desde los colectivos feministas y lésbicos en España para denunciar la falta de representación de las lesbianas en espacios públicos, políticos y mediáticos. Desde entonces, se ha extendido a varios países de Latinoamérica, incluida Guatemala, donde activistas y colectivas visibilizan sus luchas y reivindican sus derechos.
Para la memoria histórica, es fundamental recordar los hitos que han marcado al movimiento lésbico en Guatemala. De acuerdo con el estudio Las mujeres lesbianas en Guatemala, en 1995 un grupo de mujeres lesbianas fundaron la organización Mujeres Somos, un espacio de reflexión contra la lesbofobia y el sistema patriarcal y heteronormativo.
Posteriormente, con la firma de los Acuerdos de Paz, nació Lesbiradas, que incorporó también la perspectiva de mujeres bisexuales y profundizó en la construcción de una agenda política lésbica. El movimiento lésbico guatemalteco se visibilizó con acciones performáticas como las llevadas a cabo por la Batucada Feminista, nacida en 2006.
En esa misma línea, en 2007 surgió la Colectiva Lésbica Todas Somos, y en 2008, Colectiva Desde Nosotras, que tuvo un papel clave en la incidencia política a nivel internacional con la elaboración del informe alternativo para el Cómite para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) sobre la situación de mujeres lesbianas y personas LGBTIQA+ en el país.
Hoy, el movimiento continúa organizándose a través de diversas iniciativas comunitarias, artísticas y políticas, que reflejan la pluralidad de sus experiencias. Reconocer que no existe una única forma de ser lesbiana es esencial para comprender cada trayectoria de autoconocimiento.
Para Cindy Rivera, mujer lesbiana y psicóloga clínica, reconocerse como lesbiana en la sociedad guatemalteca “fue un proceso de mucho miedo, angustia e incertidumbre”, al pertenecer a una familia religiosa.
“Crecí mucho con el concepto de familia tradicional, lo que Dios manda. Creo que no nos damos cuenta de hasta qué punto se interioriza eso. Luego tienes que enfrentar la realidad de que no vas acorde a esa idea. Tomando en cuenta que Guatemala tiene una sociedad muy rígida, es muy difícil explorar tu sexualidad” explica.
Pese a las complicaciones para dar a conocer su propia orientación sexual con su familia, asegura que su red de apoyo fue fundamental para sentirse segura de expresarse como lesbiana. “Dentro de mi amigos, también hay personas de la comunidad. Y mis amigos de la infancia tienen mucha aceptación. Es un privilegio”, menciona.
[Aquí se podría hacer hipervinculo de http://visibles.gt/redes-de-apoyo-lgbtiqa-la-familia-elegida-es-amor/ ]
Prejuicios sexistas
Por otro lado, Cindy ha identificado prejuicios que hipersexualizan a las lesbianas o que minimizan la seriedad de una relación entre dos mujeres, con comentarios como “eres lesbiana porque no has conocido a un buen hombre” o “una relación con otra mujer no es formal”.
El estudio Las mujeres lesbianas en Guatemala, evidencia que, tanto en espacios públicos como semi-públicos, hay relaciones de poder, privilegios y prejuicios, donde estas mujeres “están doblemente amenazadas: por su condición de género y por su identidad sexual”.
Con calma: es un proceso
Nombrarse implica, explica Cindy, reconstruirse emocionalmente y buscar espacios seguros donde dialogar y acceder a información confiable. “No tiene que ser tu mejor amiga, que conoces desde hace mucho tiempo, si tiene prejuicios contra la comunidad. Puede ser esa persona que conociste hace 6 meses que te brinda más aceptación y seguridad”, añade.
Por último, considera que explorar su identidad es un proceso que debe llevarse con calma y afecto. “Sean comprensivas con ustedes mismas y exploren su sexualidad e identidad desde la calidez, porque ya el mundo es lo suficientemente agresivo para que lo seamos con nosotras mismas”, finaliza.
Visibilidad más allá del calendario
Para las lesbianas en Guatemala, la visibilidad se construye día a día con el testimonio de quienes se atreven a nombrarse. Este 26 de abril recordemos que la visibilidad es una herramienta política clave para desmontar estigmas, expresar demandas y garantizar el derecho de las lesbianas a existir sin miedo.