Carolina Castellanos escribe en su columna del 31 de agosto de 2018 que «Todos, sin excepción, tenemos derecho a vivir como queramos». Pero parece no darse cuenta de que esa máxima se aplica a las personas con orientación sexual e identidad de género.
Castellanos aduce que la reivindicación de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales, y trans (LGBT) es un movimiento político que busca imponer su visión al resto de la sociedad. Nada es más lejos de la realidad: Como ella misma señala, la comunidad LGBT vive una situación de exclusión social y es especialmente vulnerable a la violencia, tanto por parte de actores estatales como por privados. Y es por ello que la lucha es por garantizar los mecanismos necesarios – leyes, políticas públicas, programas – que puedan asistir al cumplimiento de la promesa que hace la Constitución Política de la República de Guatemala: «todos los seres humanos son libres e iguales en dignidad y derechos».
Hoy en día no es así en la práctica. Y si el mero hecho de señalarlo «divide al país», es porque persiste la idea errónea de que nuestra mera existencia es una imposición o un privilegio.
Para obtener más información sobre la situación real de las personas LGBTIQ en Guatemala, consulte estudio de línea base presentado por la Procuraduría de los Derechos Humanos.
Lean más en Quartz: La ideología de género es un movimiento falso, creado por la derecha, para frenar el avance de los derechos LGBTI.
Carta enviada a República en respuesta a publicación de su columnista Carolina Castellanos.