Entendamos la violencia contra las personas LGBT

Por Tristán López y Ann Fratti.

La diversidad nos enriquece como sociedad. Mientras más personas, más formas de pensar y maneras de ver el mundo existen, lo que nos permite encontrar nuevos o diferentes mecanismos para abordar problemas existentes; sin embargo, esto es cierto sólo para una porción de la sociedad, presentando una realidad distinta para las personas lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT) en Guatemala.

A través de un estudio virtual realizado este año, Visibles identificó que más de un tercio de las personas LGBT guatemaltecas sufrieron algún tipo de discriminación por motivos de su orientación sexual, identidad de género o expresión de género, tan solo en el último año. Si hablamos específicamente de las personas trans, la proporción que ha sufrido violencia aumenta a dos terceras partes. 

Más de 300 personas participaron en el estudio exploratorio, generando información relevante sobre algunos de los focos de violencia que enfrentan las personas LGBT, y cómo esto les lleva a buscar maneras de ocultarse y protegerse, a un alto costo emocional y de salud mental;  reduciendo sus posibilidades de contribuir a sus comunidades y al país en su conjunto. 

Para las personas LGBT, la familia no siempre es el espacio de amor y apoyo incondicional que debería ser: 60% de las personas encuestadas señalaron que se ven obligadas a ocultar sus verdaderas identidad a sus familiares, y un 24% ha encontrado alguna forma de violencia en sus propios hogares.  

El segundo entorno, determinante para permitir que las personas puedan salir adelante y forjarse su propia vida, es la educación. Sin embargo, para las personas LGBT, estos espacios “educativos” son un foco de discriminación, burlas y bullying, una experiencia que 67% de participantes de la encuesta indicaron haber sufrido; no solamente por parte de sus colegas, sino incluso del propio personal docente, administrativo y directivo de las mismas instituciones. No olvidemos que la educación es un derecho para todas las personas, sin distinción alguna; y que confiamos a estas instituciones la formación de las nuevas generaciones, por lo que estos datos deben alertarnos.

El trabajo tampoco está libre de violencias: 49% de participantes del estudio revelaron que han sufrido maltrato por ser LGBT. Esto disminuye la oportunidad para que personas puedan contribuir a la sociedad, al limitar sus prospectos laborales, y en el caso de quienes logran un espacio, la vulnerabilidad continúa, ya que reduce la productividad de las empresas al forzar directa o indirectamente a muchas personas a ocultarse, creando ambientes laborales hostiles. Para acceder a otros derechos, como la salud, el 30% de las personas entrevistadas han sido rechazadas o maltratadas por ser LGBT, cifra que aumenta a 64% en el caso de las personas trans. Por último, un 12% de personas encuestadas indicó haber recibido violencia por parte de funcionarios/as públicos.

Como resultado, concluimos que el Estado, que debería ser el responsable de la protección de todas las personas y garantizar sus derechos, carece de mecanismos para facilitar el acceso de las personas LGBT a los mismos servicios públicos esenciales. 

La violencia tiene un alto costo personal para quienes fueron parte de este estudio, pero también lo tiene para la sociedad en su conjunto. Usemos estas cifras para generar conversaciones con amigos y amigas, familiares, comunidades enteras: recordando que el amor y la solidaridad nos vuelven fuertes como sociedad. La diversidad no debería ser vista como un obstáculo, sino como un valor.

Publicado originalmente en El Periódico.

https://www.facebook.com/175685789647814/videos/1024139858062529

Related Posts