No nos divide la diferencia, sino nuestra incapacidad de reconocerla, aceptarla, y celebrarla. Cerramos el mes del orgullo con una discusión sobre cómo la comunidad LGBTIQ ha celebrado sus diferencias y, de esa forma, abierto brecha en la lucha por la igualdad.
El pasado 28 de julio, día de la igualdad LGBTIQ a nivel mundial, Visibles organizó la tercera edición de su ciclo de eventos titulado Pieles. Este espacio consiste en la discusión franca y honesta de temas difíciles – como la experiencia de ser trans o la sexualidad –, pero en ocasión del cierre del mes del orgullo, se discutió la idea de la diferencia: ¿Qué nos hace diferentes? ¿Quién traza las ideas y constructos que nos colocan en un plano distinto al de los demás? Y sobre todo, ¿Qué implica esa discusión para la lucha por la igualdad?
Participaron Celeste Mayorga, fotógrafa y gestora cultural; Manuel Tzoc, artista visual y poeta; y participó como moderador Daniel Villatoro de Visibles.
«La interseccionalidad nos permite siempre visibilizar lo invisibilizado. Nos permite preguntarnos qué identidades faltan aquí: ¿mujeres indígenas, mujeres rurales, quién falta?» – Celeste Mayorga.
Durante la sesión, Celeste compartió una pieza auditiva con la audiencia, que contiene sus reflexiones sobre cómo lo personal se hizo político también, y cómo esto le motivo a hacerse escuchar.
Escuchar aquellas frases repetidas cuando decìan:
Bajate del ábol, que lo vas a engusanar.
Bajate, que es muy grande para tu tamaño, sos mujer.
Bajate, que te vas a caer.
Cortate,
quitate,
dejate crecer,
pareces hombre,
no pareces lesbiana.
¿Cuándo vas a tener hijos?
¿Cuándo te vas a casar?
O peor, esa vez que dijeron que las lesbianas y los huecos lo que necesitaban era una buena cogida para volver al camino del bien. O bien un par de balazos entre las piernas en esa esquina dónde aquel tipo bajo del carro y encañono a mis amigos homosexuales que se acariciaban en un acto de ternura y rebeldìa.
Bajate,
esperate,
detenete,
quedate allì,
no te movas,
no hables,
no respires.
No vivas.
Romper ventanas y techos desde esa diferencia que me hizo ser libre.
Pero anoche estaba cansada del dìa y termine llorando. Llorando rico como cuando los mares rompen en olas enormes. Como cuando el jarrón se necesita vaciar para poder volverse a llenar de cosas nuevas y flores recien cortadas.
Eso y mucho màs me ha permitido el feminismo, el lesbianismo, el arte y la diversidad en mi vida. Abrir los brazos aunque exista el miedo, abrir la boca aunque tiemble la garganta, sanar el cuerpo, la mente y el corazón aunque todo tenga que caer.
Caer es lindo, porque cuando se cae se abren los brazos, no sè si por inercia o por fìsica (nunca fui buena en fìsica, me gustaba pintar y mancharme los dedos) pero si con la certeza de que caer también es volar.
Pienso entonces lo que serìa volar de entre las montañas, entre los árboles, en un paìs como Guatemala dónde en lo que menos podemos pensar es en volar màs solo en sobrevivir.
Y por mucho también pienso
en las lesbianas, los homosexuales y las personas trans indìgenas desde mi voz y cuerpo de mestiza que nunca va a comprender lo que es nacer en un pueblo, en un cuerpo con el cual no me sienta cómoda.
Es pensar en su silencio y en todo aquello que ni siquiera puede ser nombrado a solo unos cientos de kilòmetros de dónde hoy debatimos que es la diferencia y la igualdad.
¿Dónde están ellas, ellos?
No les veo, necesitamos vernos, encontrarnos, construir un mundo diverso de verdad.
No puedo pensar en igualdad
cuando somos un paìs desigual, un paìs racista, clasista y machista. Un paìs sin memoria histórica. Aún pienso en El Rodeo. Es inherte en la memoria màs cercana al corazón.
El corazón es eso que bombea fuerte cuando miro los colores del arcoiris, cuando veo las calles llenas de gente que hace 10 años en mi primer desfile de la diversidad al cual asisti con miedo de adolescente,
no llegaban ni siquiera a acercarse.
El corazón es eso que debate lo que nos falta construir pero también lo que hemos construido a pesar de nuestras diferencias.
El corazón es traer al presente lo que los otros y otras hicieron en el pasado para abrirnos puentes y no olvidar que la lucha sigue y sigue.
Milk, Marielle Franco, Sudán, Yemen, Somalia, Nigeria, Afganistàn, Aldo, las mujeres negras, las mujeres con velos en la mirada, la pena de muerte, los asesinatos, la invisibilización, las rupturas, las organizaciones, las relaciones rotas, las violencias pasivas, la violencia latente.
Todo eso que està, todo eso que fue, todo eso que nos toca limpiar con las manos para sembrar otros caminos.
PERO
Caminos de verdad…