Desde sus inicios, en 2017, Visibles ha sido un colectivo de personas comprometidas con la inclusión y la igualdad. En estos primeros años de trabajo, hemos evolucionado de ser un grupo de personas que compartía ideas y principios a consolidar un colectivo capaz de responder con propuestas a una de las discusiones públicas apremiantes en la actualidad: la de los derechos de las personas LGBTIQ. Pero a través de todo el proceso, el marco de trabajo ha estado basado en la participación democrática, la discusión abierta de ideas en colectividad, y el aprendizaje constante.
Varios de los integrantes originales del movimiento nos reunimos en varias ocasiones con el fin de dar respuesta a la pregunta: ¿Cómo podemos hacer para que se respete y se acepte plenamente a las personas LGBTIQ? ¿Cuáles son las acciones que hay que tomar para lograr este objetivo? Las ideas iban desde comunicar mejor la experiencia y situación de quienes somos parte de estas comunidades, sensibilizar a quienes no conocen a fondo qué implica ser LGBTIQ en Guatemala, crear redes de apoyo profesional – legal y psicológico – para quienes ven sus derechos vulnerados a diario, y trabajar de la mano con otras organizaciones.
Pero en un mundo de posibilidades y cosas por hacer, era necesario encontrar un norte, que orientara nuestras acciones hacia una estrategia de cambio deliberada. Y decidimos llamarnos Visibles porque algunas de esas conversaciones iniciales nos convencieron de que no podemos atender un problema que resulta invisible para la gran mayoría de la población, y que el primer paso era elevar las historias y experiencias de quienes integran esta comunidad diversa.
Como personas que también hemos vivido el prejuicio y la discriminación, sabemos que sus efectos son profundos y duraderos. El prejuicio impide que parejas del mismo género se tomen de la mano en público, que miles de jóvenes y adolescentes no puedan contarle a sus familiares y amigos más cercanos sobre sus sentimientos o su identidad, y que tantos otros se vean obligados a decidir entre vivir una doble vida o enfrentar la violencia que viene con asumir su identidad disidente, y que oscila entre el rechazo familiar, la pérdida de oportunidades de estudio y de trabajo, hasta la violencia física y la pérdida de la propia vida.
La mayoría de personas no entiende la gravedad de los efectos de esta discriminación. Sin embargo, —y aunque el respeto y buen trato es obligación de las instituciones públicas, de las empresas, de las escuelas y colegios, y de las propias familias—, sabemos que existimos en un contexto donde siglos de historia se han encargado de borrar a quienes viven con una orientación sexual o identidad de género diversa.
Esto repercute en que la promesa de igualdad que hace la Constitución Política de la República no sea una realidad palpable para muchas personas LGBTIQ, aunque la reiteren en los tratados internacionales de derechos humanos, y a menudo, los discursos y expresiones de muchas personas.
Visibles surgió como un colectivo dispuesto a aportar al movimiento LGBTIQ guatemalteco en un contexto marcado por la creciente apertura hacia el tema dentro de un sector de la población. En los últimos años ha surgido un número importante de colectivos diversos que abanderan la causa, y el tema es de interés para organizaciones con diversos mandatos, desde el sector público, pasando por la academia y sectores profesionales específicos. Pero también surgió en un contexto marcado por la violencia motivada por prejuicio, y en que cada mes se contabiliza un número importante de víctimas mortales, y un sinfín de discursos de odio que la alimentan y normalizan, sin que exista una respuesta integral del Estado a la problemática.